lunes, 30 de noviembre de 2009

Pro-curar.

Mi amigo Peri de Bolivia ha vuelto. Apareció en el concierto que dimos el domingo y va a ser papá en Abril.

Rosario Lázaro Flores. Pienso ya en qué soñará ese niño libre, con una sonrisa cómo curarse y esa manera de balbucear en las profundidades que se iría forjando a la luz de los ojos de su padre. Cómo vamos a querer a ese niño. Cuantos titos va a tener, nosotros todos sentados obedientes escuchando lo que nos tenga que enseñar.

El concierto del domingo fue precioso y disfrutar de Luis y Pedro cómo en los viejos tiempos, un regalazo.

Existe una pareja, yo la conocí: se llaman el uno al otro: "Regalo".

*

Un músico ciego toca sólo en las calles de Buenos Aires. Los viandantes no le prestan mucha atención. Tan sólo tres chicos enmochilados cómo el viaje indica, sujetan unas fundas mientras le escuchan. Dentro de las fundas hay: un saxo, un violin y un acordeón.

El viejo músico ciego, toca un pianito y tiene puesta una lata de latón que apenas ha disfrutado alguna moneda en toda la tarde. Sin mediar respiro, sacan los intrumentos de la fundas y acompañan al cieguito en una canción.

Tanta música reunida atrae mucho la atención y los viandantes se paran en masa a escuchar al cieguito que sonríe sorprendido. Todos dejan monedas en la lata que suena azul.

Cuando termina la canción, las mochilas y sus viajeros se van sin mediar mirada, sonreidos y pensando en el cieguito y el latón.