A Peri.
Nos hemos repartido su identidad como buitres. Hace ya unas semanas que se fue y sin poder evitarlo - eso es lo terrible - todos(yo el primero) nos hemos repartido sus sonrisas, deprisa y corriendo, sus silencios, nos hemos apropiado de lo que es suyo. Ahora siempre es F. el que invita en las comidas, y sin embargo - no os lo vais a creer - es N. el que madruga. Tengo que confesarlo casi: me he descubierto seduciendo a las chicas en su lugar, para él, de alguna manera, con total disimulo, con la misma fingida facilidad que se tiene en convertirse en Batman con un disfraz, en una fiesta. No hemos dejado ni un color, nos hemos repartido como ladrones, el caudal de sus andares, sus mejores chistes. Ya casi es perfecta la manera en que le imito cuando duerme. Os reto: no sabrían reconocer la copia del orignal cuando V. hace el amor. Todo se lo robamos, los segundos que ya no comparten sus ojos, no nos hemos dejado nada. Era demasiado doloroso.
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