Durante mucho tiempo he pensado que las palabras me llevarían hasta ti. Sigo sin saber con certeza que es "mucho tiempo". Cada día. Quizás a distancia sea más fácil amar. Os contaré algo regular: a mi madre le robaron la maleta el otro día, es una historia en medio del barro y el embrutecimiento. No pensé que me afectaría tanto, pero hace dos noches que sueño, cerca de las pesadillas. Pasaba que hacía el amor con la hermana de un amigo, y deseaba a mi exnovia, pasaba que tenía que resolver un problema ymucho más tarde despierto, pensé que a lo mejor el problema era yo. Pero no os quiero aburrir, el punto importante era que mi padre estaba muy enfadado conmigo. Me puse a fregar, todos fregamos, y pensé en la alarma de los sueños, en el mundo subconsiciente que se resiste al "que si que si, soy feliz" ortopédico y de moda.
¿De quien puede sentirse alguien abandonado? Hace mucho que no duermo bien, y no estoy convencido de que sea malo. Dudo mucho, pero es porque he amado.
Os contaré una historia, mi amigo Mariano, tiene un ordenador, moderno, portatil. Para poder utilizarlo hace falta una clave, sólo que esa clave no se teclea, sino que una web cam incorporada te hace una foto y cada vez que quieras utlizar tu ordenador, reconocerá tu cara. Somos muchos amigos los que hemos intentado usar el portatil imitando la sonrisa de Mariano. Y nada. Porque se hizo la foto sonriendo, de oreja a oreja.
Un día, Mariano vuelve de currar mosqueado, asqueado de la vida y sus sueños, sin embargo, tiene que entrar en su ordenador. Tiene que hacerlo. Y la única manera de que el ordenador le reconozca es sonriendo, de oreja a oreja. Así que se sorprende a si mismo sonriendo, y el ordenador le reconoce y el día cambia.
Podemos afirmar que gracias a eso, le cambió el día.
Podríamos sonreir.
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