martes, 17 de agosto de 2010

Ala, inmortalizado queda.

























Llego a casa de la pizzería y pienso que a estas horas, aún lucharíamos contra el sueño por disfrutar de unos minutos más juntos, Alfonso todavía le regatearía a Roberto que si le toca Gavilan o Paloma, se queda un rato más. Dr Love, directamente se dormiría cómo un Fakir sobre un sillón invadido por una pesadilla en la que tiene que ir en coche a Murcia a por toneladadas de Músicos.

No voy a olvidar a Pierre partiéndose la caja de risa oyendo las aventuras de los Murci y los Murcias, oyendo a Pablo cómo al rededor de un fuego, en la bien llamada casa de la palmera. "Esto es una señora palmera". Dijo Jarauta hijo nada más entrar. Porque de Jarauta's padres, qué decir. Sólo la piedra con cara de mandril sabe la verdad de todo esto.

Ha sido un verdadero placer, y se que todos entre tanta ida y vuelta, tenemos esta sensación digerida a destiempo de haber vivido algo verdadero. No puedo evitar reirme sólo de recordar a Cárdenas sentado en una silla con los labios fruncidos pensando durante el ensayo "pero, qué carajos pasa, todo suena como el orto" pero diciendo: "Muy bien eh, suena bien".

Los animales de la jungla. Tagore puesto de puntillas susurrando la verdad. Un salvavidas y un piano. Una bella cantante de nombre italiano.

Aunque Pierre toque Georgia (ligéramente) a contratiempo - y a mucha honra - aunque Ivan no asuma que va a ser abuelito - aunque Alfonso casi vaya a la carcel por culpa de una menor sospechosa, en serio lo digo: os llevo en el corazón.

jueves, 5 de agosto de 2010

lunes, 2 de agosto de 2010