sábado, 7 de junio de 2008

“Cosas que diría con solo mirarla” - Reseña

Semejanzas.

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Son dos mujeres solas. Dos mujeres que se han hecho a si mismas. Dos construcciones. Dos apariencias. Dos vacíos.
La primera tiene amor sin sexo y la segunda sexo sin amor. Parece de algún modo, un viaje iniciático, como si la ceguera sórdida de las realidades mejores construidas cediesen ante un elemento fuera de este mundo, vibrante, que desmonta los decorados: el piano se da cuenta de que no está tocando el concierto, el maniquí descubre que esa no es su ropa. A través del mendigo y la vidente. Las dos mujeres tocan fondo, como si llegasen al lugar, no falto de esperanza, del último paso en el fondo antes de remontar hacia la superficie. Lo que vemos es esa llegada al fondo.

En ambos caso hay una vidente, alguien que ve más allá de las acciones, que ve la verdadera historia. Como si fuera el alma del guionista. El alma del que ha creado la historia. Esos dos personajes son verdaderamente preciosos. Uno a través de la locura y otro de la magia. Pero es lo mismo. La estructura es muy parecida. Las dos empiezan con mujeres en la cama y terminan con mujeres caminando, en la historia, en medio de ese precioso travelling que dilata el tiempo a la medida de la lentitud de una lágrima, ella se detiene un momento en una esquina, arrancándonos la imagen de una puta.
En la primera historia, el momento final de la vieja caminando paso a paso por el pasillo, se me ha quedado grabado para siempre. El teléfono sonando de fondo, y esa anciana frágil caminando sin tregua hacia delante. Frágil como un corazón cuando se toca. Paso a paso, agarrándose a los muebles, uno parece notar el convencimiento sordo de alguien que no quiere llegar a ningún sitio pero que piensa “lo importante es caminar”.

El anillo en el paquete de tabaco, es la imagen que más me gusta de los dos retratos. Las verdades atroces en boca “del loco” del que des-automatiza el carnaval que hemos creado y nos dice quienes somos, “Cosas que diría con solo mirarla” Esa es sin duda alguna la mirada del que escribe.

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