martes, 29 de septiembre de 2009

Paciencia.

El premio a la paciencia, es la paciencia.

2 comentarios:

"hermosa soledad" dijo...

El reloj se detuvo, empezó a torecerse y se rompió.
El minutero se soltó, el segundero se soltó,
la aguja de las horas se soltó.


Enfermé, envejecí, me rompí.
Mis ojos están ciegos; mis oídos, sordos; mi boca, muda.


El amor se detuvo, empezó a torcerse y se rompió.
La miel no se ve, el recuerdo del dolor va emergiendo
y la soledad llega puntual.

Miguel Le Goff dijo...

¿Quien deja tan sólo los versos que no tiene dueño?